El Globo de Cristal tiene dueño, y es vikingo

Svindal demostró, al igual que en Beaver Creek, que está hecho con la pasta de los grandes. El noruego llegaba a las Finales a ocho puntos de Kostelic y Raich, pero las dos primeras pruebas eran las de velocidad, que son su especialidad, y el noruego no las desaprovechó: ganó el descenso y fue segundo en el super gigante, con lo que ganó el campeonato de esta última disciplina y se paró en lo más alto del ranking, mirando hacia abajo -aunque por poco- a Raich y Kostelic.
Sin embargo, en el siguiente evento, el slalom gigante, Benjamin Raich se quedó con la victoria y se puso a sólo dos puntos de Svindal con una sola prueba por correr: el slalom, justo la prueba que peor se le da al noruego y en la que no pudo terminar ni una carrera a lo largo de la temporada. Los dioses vikingos se hicieron presentes, esta vez, no para insuflarle ánimo a su heredero sino para tirarle una maldición al tirolés: Raich no pudo completar la primera manga y así Svindal, sin siquiera calzarse los esquíes, se convirtió en el nuevo monarca el ski alpino de competición.
El resto de los "pequeños Globos de Cristal", como se denomina a los títulos de cada especialidad, quedaron en manos del austríaco Michael Walchhofer en descenso, el suizo Didier Cuche en gigante y el francés Jean Baptiste Grange en slalom.
En el otro extremo, tal vez las mayores decepciones de la temporada hayan sido las actuaciones de dos grandes esquiadores que en esta campaña amenazaron con ser protagonistas pero fueron diluyéndose de a poco. Por un lado, el genial austríaco Herman Maier volvió a ganar una prueba después de tres años y parecía que podía encaminarse a su sexto Globo de Cristal, pero Herminator no tuvo resto en la recta final de la temporada. El otro fue el estadounidense Bode Miller, quien no pudo defender el título de la campaña anterior a pesar de que en el arranque de la campaña hizo un par de podios seguidos.
Por lo demás, está claro que en las pistas suecas de Äre el noruego Aksel Lund Svindal se siente como en casa, ya que en este mismo escenario obtuvo las medallas de oro en descenso y Super G de los Campeonatos Mundiales 2007. Ahora, con la conquista de Globo de Cristal general por segunda vez en su corta carrera, Svindal ha demostrado que lo suyo, ni entonces ni ahora, fue algo azaroso.
(Crédito foto: Nevasport)
Robert, me pasas el enlace a la anterior nota que sacaste sobre Svindal, esa en la que hablabas de los otros grosos noruegos? Gracias, salud.
ResponderBorrarFX
Hola FX, esa nota está linkeada desde ésta -es más, dos veces-, aunque ahora veo que no está resaltado lo suficiente; lo voy a cambiar, pero mientras tanto pasá el cursor por donde dice "citábamos aquí" y ahí encontrarás el enlace a la anterior nota sobre los noruegos. Saludos,
ResponderBorrarQUE LINDO..... NADA COMO COMERSE UN AUSTRIACO EN EL DESAYUNO, BRAVO POR EL BUENO DE AKSEL YENDO DE MENOS A MAS, ESTE PIBE PROMETE!!!!
ResponderBorrarMas que ganarlo Svindal, el trofeo parecen haberlo perdido sus rivales, el nivel del esqui se esta emparejando para abajo
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