Val D`Isere fue una fiesta

Con la vuelta a los primeros planos de la "armada suiza", el domingo se cerraron los Campeonatos Mundiales de ski alpino que se realizaron en la estación francesa de Val D`Isere.
Además de haber terminado al tope del medallero por países, el equipo helvético fue un paradigma de lo que puede lograr la combinación de experiencia y juventud: nada menos que alzarse victorioso en el eterno duelo contra los austríacos por la hegemonía en el circo blanco.
Por un lado, Didier Cuche (foto) aceptó el reto de convertirse en el líder del grupo, después de que tres semanas antes del comienzo de los mundiales Daniel Albretch sufriera en Kitzbuhel un accidente que lo dejó al márgen del evento.Desde el primer día de competencia, el veterano corredor (35) marcó el rumbo del equipo al coronarse en el Super G, y a punto estuvo de conseguir un doblete de oro histórico si el canadiense John Kucera no le hubiera sacado cuatro centésimas en el descenso. Para Cuche fue un premio a la perseverancia, obteniendo así su primer gran triunfo tras 15 años de carrera. Por otro lado, Val D`Isere fue la confirmación de la gran promesa suiza, Carlo Janka, quien como una premonición había obtenido su primera victoria de Copa del Mundo esta misma temporada en esta estación y en la misma disciplina: el slalom gigante. Janka completó su gran actuación con un bronce en el descenso, que pudo haber sido oro de no haber salido en el peor momento del día, con muy escasa visibilidad. Cerrando la gran actuación de los varones, Silvan Zurbriggen, primo de Pirmin, una leyenda del ski en los años 80, estuvo a una centésima de sumar otra medalla en la combinada. La fiesta suiza la completó la talentosísima joven Lara Gut (17), que se llevó dos platas en combinada y descenso.
Además de los suizos, también salieron de Val D`Isere por la puerta grande el noruego Aksel Lund Svindal, quien confirmó por qué era uno de los favoritos llevándose el título de combinada; el austríaco Manfred Pranger, que en el útlimo evento, el slalom, le dio la única alegría al equipo tirolés, y la estadounidense Lindsay Vonn, que de ser una estrella pasó a convertirse directamente en una supernova tras quedarse con el oro en supergigante y descenso.
En unos Mundiales que se caracterizaron por la diversidad de naciones participantes -70-, la mejor actuación latinoamericana volvió a ser por lejos la de los hermanos argentinos Simari Birkner. Si bien Cristian no pudo repetir su mejor actuación histórica -puesto 17º en Arë 2007 y Saint Moritz 2003-, tomó la salida en las pruebas técnicas y quedó afuera en la primera manga del slalom pero consiguió un meritorio 25º lugar en el gigante, después de pasar el corte clasificatorio en una prueba en la que hubo más de 90 corredores finalistas, y muchos más que quedaron en la prueba clasificatoria.
María Belén y Macarena Simari Birkner, en tanto, finalizaron en el 21º y 23º lugar en la combinada, y en la 31a. y 30a. posición en descenso, respectivamente; en las pruebas técnicas, ninguna de las dos pudo superar el corte clasificatorio para la segunda manga.
Además, las chilenas Noelle Barahona y Florencia Marinovic finalizaron 37a. y 38a. en el super gigante, y su compatriota Jorge Martinic quedó 47º en la misma prueba de hombres. Con menos suerte tuvieron su paso también por la célebre estación francesa los argentinos Agustín Torres, Segundo Denegri, Nicol Gastaldi y Julietta Quiroga, y los chilenos Jorge Mandru, Rafael Anguita y Stephanie Joffroy
Val D`Isere quedó atrás. En unos días, la Copa del Mundo volverá a ser el eje del circuito y, a diferencia de los Mundiales en los que los mejores corredores se juegan la gloria a suerte y verdad en un solo día, varios intentarán conquistar el premio a la regularidad a lo largo de la temporada.