Juanpi Vallecillo, el laburante del esquí


(Nota escrita y producida por SKI CENTRAL, a raíz de la invitación de Cerro Perito Moreno, y publicada originalmente en el diario La Nación

EL BOLSÓN.- El bosque de lengas cargadas de nieve y barbas del diablo que enmarcan la pista homologada por la Federación Internacional de Ski en el Cerro Perito Moreno resulta un muy buen lugar para que Juan Pablo Vallecillo estrene su condición de campeón argentino de eslalom, la especialidad más técnica del esquí alpino de competición.
El título lo obtuvo hace apenas unos días, y en rigor por partida doble: a sus 20 años,Juanpi se coronó campeón nacional junior y de mayores de la disciplina. Este doblete no es un dato menor: Vallecillo es visiblemente joven pero en su forma de hablar y relacionarse parece mucho mayor.
Tal vez sea por lo que tuvo que vivir para llegar hasta donde está hoy. En relación con sus inicios, él empezó a esquiar a la edad en la que lo hacen muchos chicos que viven en zonas con centros de esquí cercanos: antes de cumplir los 3 años ya andaba con las tablas puestas. Pero lo que sí parece haber sido muy diferente fue cómo evolucionó aquel aprendizaje inicial en Pollitos del legendario Ski Club Bariloche. Porque en una familia de clase media como la suya, el esquí puede convertirse eventualmente en un medio de vida más o menos rentable a través de profesiones como la de patrullero de montaña o la de instructor de esquí, como su papá Pablo. Pero Juanpi abrazó con toda convicción y certeza un mundo más difícil e incierto: el de la alta competencia.
La dificultad radica fundamentalmente en que el esquí de competición -y el que es por deporte también- es una actividad que requiere de una importante inversión monetaria, con una demasiado difusa posibilidad de ser recuperada alguna vez para un atleta argentino. La gloria deportiva, y en general a nivel latinoamericano, ha sido en general el mayor logro de los esquiadores nacionales en la historia reciente.
"En todo esto la número uno indiscutida es mi mamá (Valeria), y por ella hoy puedo estar acá. Llegué a decirle que no quería seguir por falta de fondos para comprar material ni para viajar a competir, y ella me animó siempre a seguir mi destino. E incluso llegó a decirme que si había que sacar un préstamo, lo hacía", cuenta emocionado Vallecillo, que reconoce la tenacidad de su madre, una maestra rosarina que llegó a la Patagonia a los 21 para no volver.
Esa perseverancia y la forma de encarar la adversidad parecen haber sido la materia prima que moldeó a este deportista admirado por sus pares. Como un "líder natural" lo define Magdi Kast, presidenta de la Federación Argentina de Ski y Andinismo, equipo nacional que Juan Pablo integra desde hace tres temporadas.
¿Pero cómo superar las dificultades económicas, que influyen en un todo en su carrera? En principio tiene un par de becas (una de Enard y otra de la Secretaría de Deportes), y por supuesto el soporte de su familia. Pero eso claramente no alcanza para cubrir los gastos que supone estar entrenando sobre la nieve varios meses al año, más los viajes entre competencias del hemisferio sur al del norte. Sin hablar de la compra de esquíes para las distintas disciplinas.
Es entonces cuando, felizmente, aparece un círculo de familias, amigas y no tanto, que en un formato opuesto al patrocinio tradicional, ya que no espera nada a cambio, colabora de manera frecuente para aportar acá o allá lo que sea necesario para que ese par de tablas nuevas o ese viaje se pueda concretar. Vallecillo, con toda lucidez y humildad, no amaga siquiera con develar nombres propios.
El título de campeón argentino de eslalom es el espaldarazo que venía necesitando para terminar de delinear su futuro mediato. Si hasta hace no tanto dudaba si el fruto del entrenamiento físico en Buenos Aires, en los meses que le dedica a la carrera de Abogacía, iba a poder plasmarlo sobre los esquíes durante el invierno local, con el campeonato obtenido cualquier duda se disipó. Y hoy está decidido a no repensar su futuro hasta que se complete el ciclo olímpico que culmina en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022.
A los 20, Vallecillo parece encaminarse hacia sus sueños. "La plata nunca la tuve, pero todo lo demás sí". Así que determinado a remediar las carencias, junto con su hermana Pilar (instructora como su padre), decidió empezar a presentar proyectos encuadrados bajo la ley de sponsoreo que rige en su provincia, Río Negro.
El resto, pero igualmente importante, se dirime en las pistas. Y especialmente antes de encararlas. Este año se enfocó en la parte mental para estar mejor preparado en el portillón de largada de una carrera. Porque "a medida que uno mejora su nivel, la diferencia está en los detalles". Con su psicóloga deportiva adquiere técnicas de visualización y de respiración para encontrar la tranquilidad antes de la largada.

Durante las pruebas que conforman la fecha FIS en las pistas del Cerro Perito Moreno, Juanpi reafirma su perfil de laburante del esquí y de líder con ascendencia. Ello cuando asegura que las competencias pueden ser individuales, pero no así el deporte, que es de equipo; o cuando, por ser el más grande del grupo, les exige a los demás, pero para que esa exigencia vuelva a subir su propia vara. Y también al remarcar que es necesario crear vínculos para generar espíritu de equipo.
Vallecillo refrenda esa determinación con bajadas a fondo. En El Bolsón compite dentro del grupo de los mejores de Sudamérica, pero también contra algunos atletas europeos que ya han corrido en pruebas de Copa del Mundo, la máxima categoría del esquí de competición. Que es precisamente a donde quiere llegar él.
"Creo que mis límites como corredor no existen, y que puedo estar entre los mejores del mundo. Me gustaría romper con esa idea de que por ser argentino no se puede, y ser una motivación para que los vengan atrás mío también superen lo que yo haya logrado", se ilusiona e inspira Vallecillo.
Fotos: Israel Kennedy y Nadia Giménez




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