Por qué nos cae tan bien Croacia… al margen del fútbol


A raíz de su llegada a la final del Mundial de Fútbol de Rusia, Croacia empezó a meterse en las conversaciones, en todas las latitudes y los más diversos ámbitos. Empezando por la entrega de los integrantes de la selección, hasta la simpatía de su presidenta, Kolinda Grabar-Kitarovic.
Pero para los amantes del ski, la empatía viene de más atrás y está directamente relacionado con un apellido: Kostelic.

Janica fue una de las mejores exponentes del ski alpino de competición del mundo, metiendo a Croacia en el mapa del circuito blanco en medio de otros más tradicionales como Austria, Suiza y Estados Unidos.
La esquiadora nacida en Zagreb, la capital croata, en 1982, fue un paradigma de superación: después de haber superado en varias oportunidades graves lesiones de rodilla -la más grave en 2001- obtuvo tres medallas de oro y una de plata en los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City 2002. Además de cinco medallas de oro en Campeonatos Mundiales.
Pero después de otra lesión en la rodilla que la hizo pasar por el quirófano, en los JJOOII de Turín 20016 conquistó otra medalla de plata y se convirtió en la esquiadora más premiada del Olimpismo invernal.
Entrenada por su padre y proveniente de una familia de deportistas, la leyenda cuenta que en muchas giras tenían que comer y dormir en el auto para ahorrar los altos costos que suponía seguir el circuito.


Su hermano Ivica fue otra estrella en el circo blanco. A pesar de ser dos años mayor que Janica, el desarrollo como esquiador y la evolución en los podios fue un poco más lento, pero bastante similar en logros: ganó cuatro medallas olímpicas de plata, en tres Juegos diferentes, tres medallas en campeonatos del mundo y el Globo de Cristal al ganador del ranking overall de la Copa del Mundo, en 2002.

Mucho antes que ese grupo de guerreros futbolistas, los Kostelic supieron lucir sus combinaciones con el color y formato de la bandera croata, como una bandera a cuadros pero en tonos rojos, y pasearlo por lo más alto de los podios del ski.


Más allá de los méritos de la familia Kostelic, también es bueno destacar que Croacia brilla no sólo en fútbol y en ski, sino también en otros deportes de conjunto e individuales como el básquet, atletismo, handball y tenis.

Tal vez lo más significativo es que se trata de un país que no llega a los cinco millones de habitantes, pero con políticas públicas claramente volcadas en favor de la práctica del deporte a nivel recreativo y competitivo.

En relación al ski, y si bien es cierto que en un país relativamente pequeño, la montaña es parte omnipresente de su paisaje y cuenta con diez centros de deportes invernales. El más conocido es Sljeme, donde habitualmente se corre una fecha de la Copa del Mundo, y uno de los pocos slaloms nocturnos del circuito.

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