Herminator, la leyenda continúa

El fin de semana pasado se corrió la primera etapa de la tradicional gira norteamericana que cada año integra el circuito de la Copa del Mundo de ski alpino, y las pistas canadienses de Lake Louise fueron el escenario elegido por el austríaco Hermann Maier para acrecentar aún un poco más su leyenda dentro del circo blanco: “Herminator” conquistó el primer super gigante de la temporada, logrando su triunfo Nº 24 en una disciplina en la que, claramente, es el mejor de todos los tiempos.
Pero tal vez lo más destacable de este nuevo logro del corredor de Salzburgo es que lo consiguió a sus casi 36 años –una edad en la que la mayoría de los atletas de este deporte están más cerca del retiro que de seguir subiendo a lo más alto del podio-, y a casi tres de su última conquista en esta competición. De hecho, en esta misma campaña estuvo en duda su participación por una nueva lesión en la espalda durante la pretemporada.
De todas formas, Maier ha causado sorpresa en el mundo del ski alpino prácticamente desde su aparición: antes de entrar en el equipo austríaco, trabajaba como albañil en verano y en invierno como instructor de ski en un pequeño centro de Flachau, donde sus padres tenían una escuela, y deslumbró a los entrenadores cuando bajó magistralmente como abridor en una prueba de Copa del Mundo que se corrió allí. Tres años después de aquello, en la campaña 97-98, Maier conquistó el primero de sus cuatro Globos de Cristal como el mejor esquiador de la temporada.
Pero tal vez el hecho más asombroso del que fue protagonista se produjo esa misma temporada, durante su participación en los Juegos Olímpicos de Nagano 98: allí, Herminator fue protagonista de una de las caídas más espectaculares de las que se tenga recuerdo en el circuito blanco, y dejó a todo el mundo con el corazón en la boca hasta que se levantó sin ayuda; y no sólo no se lesionó, sino que, algunos días más tarde, el austríaco logró las medallas de oro en el Super G y en el slalom gigante.
El triunfo de Maier en Canadá, donde estuvo escoltado por el local Jan Kucera y el suizo Didier Cuche, fue el número 54 de su impresionante carrera: una cifra que sólo la supera el mítico Ingemar Stenmark con 86, y lo sucede otro monstruo del ski alpino, Alberto Tomba, con 50.

Comentarios

  1. Anónimo2:13 p.m.

    Maier es el mas grande de todos los tiempos, la historia lo va a poner en su lugar...

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  2. Anónimo4:09 p.m.

    todavía tengo en la retina el palo que se pegó en los juegos olimpicos del 98, busquenlo en youtube que hay varias versiones... Maier/crash/Nagano

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